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El Puma no ruge

Si bien en la política nacional siempre se pueden encontrar insumos muy valiosos para una columna de opinión, la verdad es que esta semana tenía ganas de escribir sobre política local, la cual también tiene siempre su buena dosis de entretenimiento (en menor cantidad, pero la tiene).

Así entonces, me puse a buscar un poco sobre las características del puma, me refiero al animal, es decir, no me refiero al alcalde, sino al animal. Estando en esas me encontré con que el puma es un felino que no ruge. “Vaya si el alcalde interpreta muy bien al felino que lleva por apodo”, dije para mis adentros. Por ello, el título de la presente columna bien podría ir con la letra “P” en mayúscula o en minúscula.

El Puma no ruge. Una frase corta pero muy diciente. Una frase que traduce que el alcalde de Barranquilla no termina de emitir un real rugido de liderazgo que conecte con la ciudadanía y lo proyecte como una figura con voz de mando genuina, auténtica.

Esta opinión que expongo no me la soñé, es decir, no amanecí con meras ganas de exponerla. Las cifras electorales y de firmas encuestadoras dan fe de ello.

Veamos.

Es cierto que la llegada del Covid-19 ha afectado en gran medida la gestión que los distintos alcaldes del país tenían pensada desarrollar en el presente año. Es cierto que ningún mandatario estaba preparado para afrontar esta situación. Sin embargo, es una situación que, aunque atañe a todos los alcaldes del país, a algunos les ha afectado más que a otros en términos de imagen, y en el caso de Jaime Pumarejo, el balance no es positivo.

Una breve mirada a los principales alcaldes del país nos permite apreciar los siguientes casos:

Claudia López en Bogotá, elegida con una votación de 35,21%, mantiene un 72% de imagen favorable.

Daniel Quintero en Medellín, elegido con una votación de 38,56%, mantiene un 84% de imagen favorable.

Jorge Iván Ospina en Cali, elegido con una votación de 37,93%, mantiene un 62% de imagen favorable.

Mientras que Jaime Pumarejo, elegido con un 62,43% de votación, mantiene apenas un 40% de imagen favorable contra un 52% de imagen desfavorable. (el 8% faltante corresponde a personas que manifestaron no tener una opinión al respecto o no conocer al personaje).

*Las cifras presentadas corresponden a la encuesta llevada a cabo por DATEXCO COMPANY S.A y contratada por La W Radio.

Vemos entonces que en octubre del 2019 se veía venir un felino que gozaba de una gran aprobación, pues los resultados electorales habían sido contundentes. Sin embargo, tras 8 meses de gestión, el panorama ha decaído para un Puma sin rugido.

¿Cómo se puede explicar lo anterior? Es decir, si todos estos alcaldes de ciudades principales del país se estaban enfrentando a la misma crisis, ¿cómo explicar que solo Puma vea diezmada su imagen favorable de manera tan notable?

Ofrezco 3 componentes que ayudan a responder tal cuestionamiento.

En primer lugar, la gestión de la crisis. Puede que en las últimas semanas hayamos estado viendo noticias muy favorables en Barranquilla como aquella donde se mencionaba que después de 5 meses finalmente se registraban cero (0) casos de muertes por Covid-19 en nuestra ciudad, u otra donde se contaba que estábamos teniendo una reducción en la tasa de positividad en las pruebas de Covid-19, o que Barranquilla se convertía en la primera ciudad en superar el pico de contagio. Sin embargo, que eso no nos impida comprender que las cifras sobre el Covid-19 puestas sobre la mesa, no son nada alentadoras, y la gente es consciente de ello.

Acorde con los datos publicados por el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, Barranquilla hoy es la ciudad con la tasa más alta de mortalidad, entre las 6 ciudades principales del país. Igualmente tiene la tasa de contagio más alta dentro de las 7 ciudades principales del país y sigue siendo la ciudad con más muertes confirmadas a causa de Covid-19, siendo únicamente superada por Bogotá. 

Yo comprendo la dinámica que buscan plantear actualmente desde la administración donde quieren vender la idea del buen manejo de la pandemia y que ahora somos la ciudad ejemplo. Pero ojo, meterle los dedos en la boca a los ciudadanos es tan peligroso como meter la mano en la boca de un cocodrilo en reposo. La realidad sobre el tema Covid se siente en la calle, en las historias de las miles de familias que perdieron a un ser querido. Ante eso, no hay comunicación que valga.

En segundo lugar, el declive de la favorabilidad del alcalde también se remonta a las acciones que se desplegaron como parte de la estrategia de comunicaciones de la alcaldía en estos meses de crisis. Nefastas.

Recordemos aquella vez en la que citó a una transmisión en vivo para comunicar las nuevas medidas que iban a regir en la ciudad. La cita era a las 10:00 a.m. y en medio de las incertidumbres, los barranquilleros esperaban ansiosos a que su líder felino llegara con un rugido de certezas… rugido que llegó luego de más de una hora de espera cuando ya las quejas y reclamos se habían robado el espacio del rugido.

Recordemos también que tuvieron que recular el mensaje inicial con el cual habían iniciado una campaña para generar conciencia social bajo el lema: Depende de ti que no se te pegue.  Un mensaje muy desatinado. No importa si en realidad sí dependía de los ciudadanos, el punto es que no era el mensaje que los ciudadanos estaban necesitando escuchar. Necesitaban una alcaldía protectora, un líder innato, un padre resolutivo, un puma con rugido. Luego el lema cambió a: Depende de Todos. Pero ya era tarde.  

Recordemos que llamó “charlatanes” a los líderes de barrio que estaban replicando mensajes falsos alusivos al tema Covid-19, lo cual también le acarreó múltiples críticas. En mi opinión, este caso esboza los intentos del alcalde por proyectar un liderazgo con desparpajo, espontáneo y jovial como el de su predecesor; pero se queda en eso, en intentos.

Recordemos también cuando desde la administración comenzaron a emitir mensajes insinuando que el incremento del contagio se debía a la indisciplina social de la gente. Fue quizás la gota que rebozó la copa. Una vez más, no importa si era cierto o no lo que estaban diciendo, simplemente no era lo que la gente necesitaba escuchar. Es decir, además de estar encerrados, con limitaciones, sin trabajar y con calor… la culpa era de ellos. Adicionalmente, muchos interpretaron esta salida en falso como un tiro en el pie por parte de la misma administración. Es decir, se criticó que desde la administración estuvieran señalando que el problema era la falta de cultura ciudadana cuando justamente la cultura no había sido prioritaria en los últimos 12 años de gestión.

Recordemos que en una ocasión publicaron información donde se establecía que, tras haberlo evaluado, lo mejor era no tener toque de queda durante el fin de semana. Sin embargo, horas más tarde, publicaron nuevamente señalando que tras una reunión con distintas personalidades habían decidido que lo mejor sí era implementar toque de queda. O sea, como quien dice, sí, pero no. Como quien dice, casi la cagan con la medida inicial y luego corrigieron. O quizás simplemente van haciendo cosas sobre la marcha. En fin. Lo cierto es que se proyectaba como un Puma sin certezas, como un Puma sin convicción, como un puma sin rugido.

Me atrevería a especular diciendo que a nivel comunicacional había quizás mucha estrategia y poca táctica. Y retomando las palabras de un colega, la estrategia sin táctica ¡vale mondá!

Por último, el tercer componente que permite explicar el declive de la imagen de Puma es que desde las elecciones del 2019 en Barranquilla se comienza a percibir un sentir. Un sentir que se manifestó en el voto en blanco y se ha acrecentado de manera silenciosa en los últimos 8 meses.

La actual administración no debe olvidar que, de las ciudades principales del país, Barranquilla fue la que obtuvo el mayor porcentaje de personas que votaron en blanco en los comicios del 27 de octubre del 2019. Olvidarlo sería un gravísimo error. Aquel 16,12% que votó en blanco, le dijo de frente que “NO” a la opción de Pumarejo. Claramente también le dijo que “no” a las otras opciones, pero sin lugar a dudas, eran opciones con menor visibilidad y eran opciones que no tenían cómo mostrar 12 años de gestión. Le dijeron que no a la Barranquilla IMPARABLE.

Si tomamos ese 16,12% y le adicionamos todos los ciudadanos que optaron por opciones diferentes a Pumarejo, vemos que son casi 187mil electores que no vieron en el actual alcalde una alternativa convincente. Los proyectos políticos que no se percaten o no quieran ver esa realidad, estarán cavando su propia tumba.

Considero que esta situación pandémica que estamos viviendo nos ha dejado muchas enseñanzas. No solamente a los ciudadanos y a las familias barranquilleras sino a los líderes de nuestra ciudad. Aún queda un largo trecho por recorrer y estamos en un momento clave para hacer los ajustes pertinentes de cara a la reapertura económica y a lo que resta de este atípico 2020. La gestión imprecisa ha de ser mejorada, la comunicación nefasta ha de ser corregida y el sentir del pueblo barranquillero debe ser escuchado, analizado y considerado; la combinación de lo anterior permitirá enderezar el rumbo a fin de que nuestro alcalde mejore sus índices de favorabilidad y vuelva a ser un referente nacional. De hecho, no es del interés de nadie que sus índices de favorabilidad se mantengan negativos, todo lo contrario. Ideal que se mantengan positivos pues será señal de que las cosas se están haciendo bien.

Realmente espero con ansias que el puma que nos lidera como alcalde muestre que es una especie nueva dentro del reino animal, que demuestre que es un puma que sí ruge, quizás el único puma que ruge. Que demuestre su talante. Que demuestre que puede dejar su propio legado.

Nota 1: Siendo una columna con un toque “animal”, expreso mi sentido pésame por la partida de Chadwick Boseman, más conocido en el mundo cinematográfico como Pantera Negra, quien a sus 42 años ha partido a una mejor vida.