Bizcochos de 'La Gulería Repostería'.
Bizcochos de 'La Gulería Repostería'.
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EFE

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Tres hermanas colombianas encuentran en la repostería un éxito delicioso

Las emprendedoras Luisa, Poliana y Valentina son propietarias de ‘La Gulería Repostería’.

Tres hermanas colombianas descubrieron su talento para la repostería después de experimentar en la cocina con las recetas de su padre para elaborar brownies que vendían en el colegio y universidad, lo que fue el inicio de una empresa con la que proyectan vender sus productos en grandes supermercados del país.

Conseguir dinero para salir con amigos y cubrir algunos gastos necesarios despertó a temprana edad la curiosidad de Luisa Correa, quien sembró los cimientos del empredimiento familiar que se convertiría poco tiempo después en "La Gulería Repostería".

Las hermanas Luisa María Correa, Valentina Correa y Poliana Correa.

"Mi papá hacía muchos cursos de cocina y tenía las recetas en la casa, las ensayé y los brownies fueron un éxito en mi colegio", contó la emprendedora de 31 años.

Mientras se formaba como odontóloga Luisa continuó horneando, pero descubrió el potencial cuando los trabajadores de la empresa en que hizo su práctica profesional compraron sus productos para regalar a los pacientes: "Ahí tomó forma la idea del negocio".

Al finalizar su carrera, Luisa propuso a sus hermanas Poliana y Valentina asociarse y de esta forma en 2014 iniciaron el proyecto que empezó a crecer con la inclusión de tortas personalizadas, además de las mesas dulces.

"Vimos mucho potencial en el negocio de Luisa. Le iba muy bien. Nos juntamos y la apoyamos", relató Valentina, una contadora de 27 años.

La unión de las hermanas Correa no solo se ve reflejada en las tres pequeñas estrellas que cada una lleva tatuadas en sus muñecas, sino en la forma en la que ajustaron sus roles en pro del desarrollo de la empresa.

"Somos muy unidas, así nos educaron", señaló Luisa, encargada del área de producción, mientras que Valentina está a cargo de la parte contable y financiera.

Sello propio

Salir de la cocina de la casa fue la primera "gran decisión", pues las ventas aumentaron y la demanda las obligó a trasladarse a un local en Envigado, localidad aledaña a Medellín donde está instalada su sede y en la que laboran actualmente siete personas.

Entre los integrantes del equipo se encuentra un repostero venezolano que con su talento se ganó un lugar dentro del "matriarcado".

"Llegó con su portafolio a pedirnos trabajo. Decidimos ensayar. Todo fue perfecto, es un tesoro para nosotras", afirmó Luisa.

Poliana, la mayor de las tres y gerente general de "La Gulería", recuerda que tuvieron ciclos "muy duros" y ella era la única responsable de decorar las tortas, hechas gracias a las desafiantes propuestas de los clientes.

"Nuestro negocio es creativo y tratamos de poner nuestro sello, pero respetamos los imaginarios de la gente", agregó la socia de 34 años, quien metió "en un cajón" la arquitectura para dedicarse de lleno a la repostería y para lo que se capacita en la Corporación Interactuar con el programa Método Base de Aceleración.

Con tutoriales de YouTube y cursos las emprendedoras pulieron sus habilidades para mejorar los productos, a lo que se sumaron recetas elaboradas por estudiantes de cocina y repostería que llegan a su empresa como becarios.

"Los practicantes nos han aportado mucho", señaló Valentina, mientras que Poliana destacó que las tres empresarias "le metimos ganas y las cosas fluyeron".

Trabajador de la repostería.

Las redes sociales y el voz a voz han sido vitales para expandir sus productos después de ganar reconocimiento con los postres personalizados, pero han ido estandarizando muchos de los procesos pensando en el futuro.

Para el trío de emprendedoras, la buena atención, los detalles y la organización hacen parte de la lista de aciertos de la empresa, en la que el sabor, los buenos insumos y precios razonables han hecho de "La Gulería" un referente en el municipio de Envigado.

Diciembre y el futuro

Según las hermanas Correa, si bien diciembre representa el "40 % de las ventas del año" prefieren dar más valor al impacto que pueden generar en el largo plazo, pues es en esta época "en la que más nos damos a conocer".

Los brownies y alfajores se convierten en "regalos corporativos" de las empresas que asesoran o atienden, pero entre sus clientes también están mamás interesadas en productos para fiestas infantiles.

Ahora, las socias se han puesto como meta continuar posicionando los brownies, "nuestro producto estrella", para conseguir ingresar a grandes superficies y masificar el consumo de ese bizcocho de chocolate que tantas puertas les ha abierto.

"No ha sido fácil, pero lo disfrutamos mucho porque vemos los resultados. Es muy satisfactorio ver que generamos empleo, que vamos llenando nuestro espacio de maquinaria y hacemos empresa", expresó Poliana.

EFE

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