La tumba de Diomedes Díaz, la más visitada durante los días del Festival.
La tumba de Diomedes Díaz, la más visitada durante los días del Festival.
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Jairo Cassiani

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La parranda del Festival Vallenato se vive en las tumbas de Diomedes y Martín

Cientos de seguidores las visitan durante los días de la fiesta en el campo Ecce Homo en Valledupar.

Calma no es precisamente lo que se siente al ingresar al cementerio Ecce Homo de Valledupar durante los días del Festival de la Leyenda Vallenata.

En este Campo Santo donde están sepultados los restos del Cacique Diomedes Díaz y de su hijo Martín Elías, y del cantante Kaleth Morales se ha convertido en una especia de santuario para sus seguidores.

Una fanática posando frente a la tumba.

"Este cementerio nunca está en calma, todos los días vienen sus fanáticos y más para las fechas del festival", aseguró a Zona Cero el cuidador Nicolás Rivas.

Un promedio de cien personas por hora se acercaN en medio de las fiestas a rendirle homenaje a los cantores vallenatos.

"Aquí hay tres tumbas famosas que nunca están solas, la del Cacique, la de Martín y la de Kaleth Morales que todos quieren ver", señaló Rivas.

Los cuidadores del Cementeriio.

Desde las afueras del lugar vendedores ofrecen gorras y camisetas amarillas, el color del martinismo.

"La venta se mueve en esta época porque vienen muchos visitantes y quieren llevarse un recuerdo", comentó, Yunaris Mendez, vendedora ambulante.

Aglomeración de visitantes en e cementerio.

En buses, carros y camionetas llegan los dolientes a rendirle honor a sus ídolos, algunos de forma formal, pero otros con actos más escandalosos.

"Nos ha tocado prohibir el licor dentro de cementerio y la música alta, pero en esta época del Festival muchos vienen a ofrecerle un trago de whisky al Cacique y a veces en difícil prohibirlo del todo", detalló el cuidador.

Visitantes al cementerio tomándose la 'selfie'.

Uno de los turistas, quien vino con su botella de Old Parr, para brindar con Diomedes, fue Álvaro Sánchez.

"Viajé más de 15 horas desde Bucaramanga para estar en el Festival y poder venir a tomarme un trago con el Cacique y es una costumbre que siempre había querido hacer", recalcó.

Este aficionado llegó con su trago en la mano.

Unos beben, otros hacen sonar la música, algunos lloran y se toman la foto del recuerdo y la selfie con las imágenes de sus ídolos, que también venden desde cinco mil pesos.

"Vendré cada vez que pueda porque su cuerpo es mortal pero sus canciones son inmortales", resaltó Sánchez.

Toma de imágenes ante la tumba de Diomedes Díaz.

El cementerio también se convierte en lugar de peregrinaje del turista durante el festival que culmina este lunes.

 

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