Landhuis Chobolobo, hacienda donde se fabrica el genuino licor de Curazao.
Landhuis Chobolobo, hacienda donde se fabrica el genuino licor de Curazao.
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El azul de Curazao no solo está en el mar: también en su licor

La fábrica está en Landhuis Chobolobo, una histórica casa del siglo XVI.

El genuino licor de Curazao, también conocido como Blu Curazao, por el color azul del líquido, es el orgullo de la isla. Creado en 1896, 124 años después, aún se fabrica en el mismo lugar y con los mismos ingredientes que la primera botella destilada.

Haim Mendes Chumaceiro y Édgar Senior tenían una farmacia, que gracias a una receta de Mendes Chumaceiro, vendían un tónico digestivo que se fue transformando en lo que hoy todos disfrutan como uno de los licores más apetecidos del mundo.

Tras la muerte en el año 1900 de Chumaceiro, su viuda sigue su legado, en pequeñas cantidades y más tarde vende la receta original a la firma Senior & Co., que establece con los descendientes de ambas familias una sociedad que opera la fábrica desde 1945.

Daniel Bernal, gerente de marca, fue nuestra guía por Landhuis Chobolobo, una antiquísima casa que desde un comienzo albergó el sueño de dos empresarios judíos sefardíes. 

“Landhuis Chobolobo es una casa de campo o una hacienda de los siglos XVI y XVII,  que siempre fue la sede de la residencia de comerciantes con muchísimo dinero, comerciantes judíos, europeos, holandeses y nunca fue realmente una plantación como se suele creer, no tuvo esclavos, siempre fue una residencia. Luego en el siglo 19 fue comprada por Senior & Co., que es la compañía que produce el licor de Curazao”, contó en el recorrido especial. 

“Estamos ubicados en Saliña, es un vecindario de Curazao, relativamente moderno con mucha urbanización, pero antes de que existieran todos estos negocios, edificios y calles, Saliña era una salina, una superficie completamente bajo el agua donde se producía la sal blanca que en los tiempos de la colonización era conocido como el oro blanco. Los españoles, portugueses, holandeses y franceses se peleaban por el oro blanco porque la sal era utilizada para preservar los alimentos en Europa y, de esa manera, se fueron construyendo diferentes salinas acá y entonces este sector en papiamento se llamó saliña”, relató el ejecutivo de marca.

Comenzamos a entrar a la destilería y hay varios árboles de laraha,  la famosa naranja con la que se produce el licor de Curacao genuino. “Somos el único lugar en el mundo que produce su licor usando está naranja que solamente crece en nuestra isla de Curazao”, dijo.

Relata que “esta naranja proviene originalmente de España, los españoles trajeron sus semillas a República Dominicana y  luego la fueron llevando a todas sus colonias en América, cuando la trajeron a Curazao, la plantaron y al cabo de 3 o 5 años, que es el periodo en que normalmente el árbol da frutos, se dieron cuenta que en vez de tener su naranja grande, anaranjada, dulce, la semilla mutó y se convirtió en una naranja pequeña, verde y muy amarga. Los españoles estuvieron totalmente decepcionados y  la desecharon".

Y agregó: ”Nadie las recogía y con el sol tan ardiente y brillante que tenemos en Curazao, alguien se dio cuenta que cuando ya se secaba por el sol, la piel producía un aroma muy sabroso, muy rico, muy llamativo y con eso empezaron a hacer pruebas y a destilar la cáscara seca de la laraha”, aseguró.

Dentro de la destilería, también se cuenta un poco de historia de las islas, no solamente de Curazao sino también de Aruba y Bonaire,  conocidas como las islas ABC y llamada por los españoles como islas inútiles, “porque primero su naranja no creció bien, y segundo, porque la superficie era muy árida y muy difícil de tratar. Además, la isla de Curazao en particular mide 60 kilómetros de punta a punta, con una superficie tan árida y tan difícil de tratar que para ellos fue muy inútil intentar desarrollar cualquier tipo de agricultura o de colonización y se concentraron en Venezuela, Colombia y toda América”.

Destilería y tienda en Landhuis Chobolobo.

La fábrica recibe entre 600 mil y 700 mil visitantes al año, que llegan de los cruceros o de excursiones, no cobran la entrada, degustan los licores y si llevan algunos dólares en sus bolsillos pueden comprar el apetecido licor a un precio de entre 18 y 25 dólares y algunos recuerdos en la tienda de regalos de la compañía..

Esta destilería es pequeña, tradicional y casi todo el proceso es hecho a mano; en el lugar está el alambique de cobre traído en 1896 desde Estados Unidos por sus dueños para ayudarlos a destilar lo que se conoce hoy como el auténtico y genuino licor de Curazao.

La botella es la misma usada desde hace 70 años, tiene la forma circular que intenta replicar a una naranja y el cuello es para que las personas al servirla puedan agarrarla mejor.

Actualmente, la destilería procesa cuatro colores con un único sabor, es decir el Blu Curazao y el naranja, rojo y verde; y cuatro sabores más ron con pasas, chocolate, café y tamarindo.