Con menos de 50 feligreses, todos con tapabocas, se cumplió el primer piloto de la Iglesia Católica en Barranquilla, al reabrir este fin de semana después de más de cinco meses de estar cerradas a los feligreses por la pandemia.

“Que se manifieste la alegría porque nuestros templos vuelven a  abrirse”, expresó el sacerdote Juan Ávila, párroco de la iglesia, y pidió un aplauso por el reencuentro con los feligreses. 

“Demos gracias al señor por esta eucaristía piloto”, dijo el religioso en la apertura de la ceremonia.

Para esta apertura, en las hileras sillas se tuvo el distanciamiento aprobado por las autoridades sanitarias. Una persona en una silla y en la siguiente dos. En la primera, el asistente se sentaba en el centro y en la siguiente se ubicaba una en cada extremo. Y así sucesivamente.

La pandemia ha cambiado todo. Costumbres, tradiciones, festividades, hábitos y tradiciones.

En Barranquilla y el Atlántico se han visto los festivales gastronómicos virtuales, las conferencias virtuales y la próxima semana se estrenará el fútbol rentado, a puerta cerrada.

Lo más avanzado en eventos de congregación serán las misas que iniciaron este fin de semana en las iglesias que han recibido el aval de la Secretaría de  Salud, pues cuentan con el protocolo de bioseguridad.

En los templos no podrán estar más de 50 personas, según establece dicho protocolo. No todo el mundo puede ir a la iglesia si lo desea, pues deben reservar su espacio en el templo y hora que lo deseen. 

Es en las plataformas https://protocolmeet.com/ o https://laiglesiamecuida.com/ donde deben ingresar los feligreses. Cuando en cada iglesia se exceda el cupo de 50, ya no se aprobará más asistencia.

De esta forma, fueron pocas las iglesias que reabrieron este  fin de semana, pues debían tener listos el protocolo de bioseguridad. Una de ellas fue la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, en el barrio Villa Santos.

En el piloto que se celebró esta tarde, el saludo de paz fue a la distancia sin contacto entre los asistentes y las ofrendas se depositaban en dos urnas ubicadas en la parte delantera.

Al final de la ceremonia el padre Ávila llamó a los creyentes a entender este “nuevo modo” de celebración. Sugirió "responsabilidad en el cuidado propio”

“Exige muchísima disciplina” anotó y pidió “salir disciplinadamente” del templo.