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¿Recuperación de la memoria?

¿Inicio de la reivindicación? ¿comienzo de acordarse de ganar? ¿despegue definitivo? No podríamos afirmar con pleno convencimiento que este triunfo sobre el San Lorenzo sea en verdad la nueva ruta del Junior en sus propósitos de clasificar, primero a Copa Suramericana y dos, a la disputa del título colombiano versión primera del 2019 en Colombia.

Pero resulta reconfortante el haber conquistado los primeros tres puntos en la Libertadores, haber marcado el primer gol de competencia y quedar a tiro para lograr el primer propósito. La victoria rojiblanca frente al “Equipo del Papa” es el mejor aliciente para el plantel que venía huérfano en todo en el evento internacional y negado también al triunfo colombiano con once empates casi que seguidos.

Si bien no fue brillante con ese fútbol que enamoró hace algún tiempo a la afición, al menos ganar era la meta señalada; y conseguido aunque muy disputado, los tres puntos iniciales abren el camino para la Suramericana. El brasilero Palmeiras, verdugo del Junior, fue encargado de dar la mano al vencer por aplastante marcador de 4-0 al Melgar del Perú. Claro, el camino fue despejado en cincuenta por ciento; por ello, la victoria frente al San Lorenzo es de singular importancia. El otro cincuenta por ciento queda en manos del Junior en el juego final y definitivo ante el conjunto peruano en el mes de mayo.

Colateralmente, se confía en que haber ganado al club argentino, sea de paso el punto de animación para el torneo colombiano en el que el onceno rojiblanco a cuenta gotas ha estado bregando para clasificar a los cuadrangulares. El próximo gran examen lo tendrá Junior este domingo frente a Millonarios en El Campín de Bogotá.  Por estadísticas, al club barranquillero no le es fácil ganar en la capital. Pero en muchas ocasiones lo ha conseguido ante los rivales capitalinos; la hinchada cree que este domingo podría lograrse la meta y de hecho la clasificación.

También reconforta creer que al técnico Luis Fernando Suárez se le ha abierto bien la mente al colocar un frente de ataque como la gente quiere: con jugadores capaces de llegar al gol. Ellos: Luis Díaz, Hinestroza, Teófilo y Rangel son referentes de gol y fútbol. Atacar por las puntas y por el centro como fue ante San Lorenzo, debería ser siempre le fórmula para ofender al rival. Por lo menos es signo de gran preocupación para los contrarios y buenas posibilidades de llegar al gol.

En el juego ante los argentinos pudimos observar un mejor despliegue futbolístico del equipo, los toques fueron más precisos, hubo más concentración y rapidez para ir al terreno rival. El juego insulso y displicente no estuvo presente esta vez y lo mejor, se vio a un plantel con disposición y temperamento. Ojalá ello no sea flor de un solo día.

Ojalá también que todo ese despliegue no obedezca a la presencia del cuerpo técnico de la selección que dirige Carlos Queiroz, sino que de verdad haya sido el factor motivante que por obligación correspondía al equipo.

La presencia de Queiroz y de la Federación Colombiana de Fútbol en Barranquilla y observando el partido copero pudo haber servido de aliciente igual para quienes en Junior aspiran a ser tenidos en cuenta en el grupo de 40 que convocará el técnico próximamente; mucho más con la confirmación de seguir siendo Barranquilla la Casa de la Selección.

La victoria, sin duda, además de ser indicio de la recuperación de la memoria, puede y deberá ser el punto de arranque en la nueva etapa del Junior para la Suramericana y para volver a ser el gran protagonista del fútbol colombiano como todos queremos.