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¿Dónde está la Ministra?

La explosión social que vive el país con el detonante de la gigantesca movilización  ciudadana del pasado 21 de noviembre, debe llevarnos no solo a reflexionar de manera profunda sobre los errores cometidos sino también a trabajar de manera unánime por los cambios y reformas que demandan aquellos sectores que se sienten excluidos y poco interpretados por el Gobierno Nacional, el legislativo, la justicia, el sector productivo, los entes territoriales y hasta por los mismos medios de comunicación. Nos queda claro que los mensajes enviados desde el inicio del paro, no tienen como único destinatario al Presidente Iván Duque, pero es el Jefe de Estado quien debe conducir el barco.

Lamentablemente de estas movilizaciones se han colgado vándalos, criminales y saboteadores financiados por oscuros intereses, además de políticos oportunistas de distintos sectores que quieren ver a una Nación en caos y a un Presidente de la República renunciando o saliendo por la puerta de atrás.  Se equivocan quienes piensan que este es el camino para lograr un cambio en nuestro país porque Colombia siempre ha demostrado tener una democracia estable aunque esté llena de defectos.

Si el principal objetivo de los promotores del paro era obligar o hacerle entender al Presidente Duque que el país exige espacios de diálogos productivos, lejos  de los ineficaces “Talleres Construyendo País”, que entre otras cosas , son  producto de una mala copia de los “Consejos Comunitarios” del expresidente Uribe, ese objetivo ya lo lograron porque hemos visto su disposición para escuchar e involucrar a todos los sectores en la construcción de una nueva agenda social que ayude a resolver los grandes desequilibrios nacionales.

En este contexto, es relevante examinar el rol que juega el equipo ministerial del Presidente Duque, responsable en gran medida de la crispación en la que actualmente nos encontramos.  Más que gestión, hemos visto como la mayoría de estos jefes de cartera se han dedicado a mirar al cielo, a comprar potentes espejos retrovisores sobre los desaciertos del expresidente Santos, a nombrar a funcionarios "técnicos", cuyas hojas de vida están llenas de títulos en el exterior, pero lejos de la realidad colombiana.  Eso puede explicar, en parte, por qué el Gobierno Nacional no ha logrado conectar con la ciudadanía.

Desde la Región Caribe podemos aportar varios ejemplos sobre la baja calificación de los Ministros que acompañan al Presidente Duque, pero en esta oportunidad quiero detenerme en el caso de la señora Ministra de Educación, María Victoria Angulo, que hace mutis por el foro en este momento de crisis que vive el país, pese a que no puede esconder sus responsabilidades en lo que está ocurriendo.

Recordemos que como resultado de las protestas estudiantiles y los paros de Fecode durante el Gobierno Santos, se lograron conquistas por más de 3 billones de pesos para el fortalecimiento de la educación pública, pagos de deudas con el magisterio, entre otros aspectos, pero la Ministra Angulo, no solo ha sido lenta con el cumplimiento de la agenda trazada, sino que también ha estado de espaldas a las necesidades y problemas de las universidades en los territorios.

Si bien muchos de esos recursos fueron girados y ayudaron a oxigenar las finanzas de las universidades, también es cierto que no han existido controles ni veedurías adecuadas sobre el manejo de los dineros que en muchos casos han terminado beneficiando a Rectores con burocracias abultadas, proveedores y constructores.

La Universidad del Atlántico es un claro ejemplo de la falta de liderazgo de la Señora Ministra de Educación, quien ha guardado silencio frente a la grave crisis que afronta esta institución por las irregularidades  administrativas, los malos tratos, el microtráfico, la politiquería y las denuncias de acoso sexual a estudiantes formuladas en contra del hasta hace poco  Rector Carlos Prasca, quien renunció obligado por los estudiantes, docentes y trabajadores que ya estaban cansados de su prepotencia y cuestionables actos.

A las reuniones del Consejo Superior de la Universidad del Atlántico, la Ministra siempre envió delegados sin autoridad y sin conocimiento sobre los delicados hechos denunciados, circunstancias que terminaron incubando el desgobierno en que hoy se debate el principal centro de estudios superiores con carácter público que tiene la Región Caribe Colombiana.  Le pedimos señora ministra que asuma su autoridad en el caso de la Uniatlántico para que con su intervención se logren consenso que permitan escribir un nuevo capítulo en esta institución que solo debe ser motivo de alegrías y orgullo para el Caribe.

Resulta oportuno sugerirle a la Ministra María Victoria Angulo, que asuma la tarea de reformar los caducos y acomodados estatutos de los Consejos Superiores de las Universidades, para evitar que sus miembros se vuelvan eternos, compren elecciones y terminen siendo jefes políticos para impulsar candidatos a Alcaldías, Asambleas y Concejos.

Como la idea no es tumbarle Ministros al Presidente Duque, si es hora de que asuman sus liderazgos, aterricen en las realidades regionales y dejen de pensar que el país se Gobierna desde escritorios con funcionarios inexpertos que miran con desdén las exigencias de los territorios.  El país necesita que todos estemos sintonizados y trabajando con un mismo propósito: sacar adelante a nuestra Patria.