Share:

¡De su Junior bravo..!

Hoy, otra vez como en anteriores ocho ocasiones  el cielo de Barranquilla resplandece con más brillo y la luna de Barranquilla, parodiando un poco a la Novia de esta ciudad Estercita Forero, “tiene una nueva cosa de maravilla”. Sí, hoy la Luna barranquillera luce más radiante y plena de sonrisa. No podía ser distinto. La conquista de la estrella número 9 se colocó también bastante cerquita de esa luna que de noche alumbra la tierra caribeña.

Y hoy, igual recordamos aquellas bellas estrofas del Cumbión del periodista José “Pepe” Molina que en 1977 tras la primera estrella le cantó con sentimiento y bravura al equipo rojiblanco.

Barranquilla tiene que estar orgullosa

De su Junior Bravo que toca y la toca

Que juega bonita y a todos derrota...

Pasó tal como lo habíamos previsto. No es hora de pasar facturas ni cobrar por ventanilla como se dice popularmente. Pero cierto es que este título lo habíamos presentido desde comienzos de la temporada 2019. Desechamos aquellos otros conceptos que colocaban al Junior entre los candidatos a ganar la Copa Libertadores. Dijimos entonces que este equipo no estaba aún preparado para conquistar un titulo internacional como la Libertadores. Y que debía concentrar en mente su objetivo primordial como era  la Liga colombiana.

Lo de la Copa resultaba muy apresurado. No por falta de optimismo, sino porque creíamos que Junior no estaba preparado para ello. Se requiere más envergadura, mejor conformación nominalmente, con jugadores de jerarquía nacional e internacional y la sola presencia de Matías Fernández no era suficiente.

Pero bueno, como dije antes, no es para pasar factura de cobro. Sino para reafirmar nuestra creencia de que el club rojiblanco sí estaba conformado para pelear la nueva estrella. También señalamos que el cambio de Comesaña por Suárez resultaba oportuno cuando se hizo. El antioqueño había perdido autoridad y dominio. En cambio Comesaña llegaba con la experiencia de antemano y el conocimiento del plantel. De cómo debían hacerse las cosas para optar al máximo logro. Y así se cumplió.

Lo que gustó a la hinchada de este equipo tras la llegada de “Julio Noveno” fue la disposición del plantel de acoger al nuevo técnico bajo su normatividad, dejando atrás cualquier suspicacia originada frente al antioqueño Luis Fernando Suárez quien no supo o no pudo dirigir el barco. Junior navegaba en aguas turbulentas a punto de naufragar y por suerte apareció como “Salvador”, el colombo-uruguayo Julio Avelino, quien  no solo enderezó el rumbo sino que logró alcanzar la gran final para coronarse seguidamente como campeón rojiblanco.

A falta de ese juego fluido en grado máximo que mostró en el torneo pasado, Junior recobró gran parte de su memoria futbolística, sus integrantes recuperaron parte del nivel y le anexaron como  “valor agregado” el ímpetu y amor por la camiseta. Por eso en momentos cruciales en que las cosas parecían complicadas, la entrega y el pundonor salieron a flote para sortear los escollos. Así pasó ante Nacional, Cali, Tolima y el mismo Deportivo Pasto al que Junior aleccionó con técnica y manejo del balón por encima del rastrilleo y patadonas mal intencionadas que quisieron imponer en un intento de amedrentamiento fracasado.

Igual con fútbol y decisión pintaron la cara de los severos críticos, especialmente de la gran prensa capitalina que, pretendió restarle méritos sin ocultamiento de la malquerencia que se le tiene en el interior del país a la escuadra rojiblanca de Barranquilla.

Cuatro títulos, tres de ligas-dos de ellos en forma seguida- una Copa de Liga y un subtítulo de Suramericana, avalan ahora sí a Julio Comesaña para calificarlo como el director técnico que más  campeonatos  ha dado al Junior. En sus últimas dos temporadas (2018-2019) Comesaña pareció haber cambiado de escuela táctica. Sus temerosas actuaciones ultradefensivas de tantas veces antes y que le calificaron como un entrenador medroso y demasiado conservador, las cambió radicalmente apostándole a un juego más productivo y armonioso que enamoró al público.

Será por ello que hoy, muchos de quienes fueron sus detractores o severos críticos, me incluyo en la lista, apostamos por considerarlo el más productivo en materia de resultados campeoniles para  la divisa rojiblanca.

Y, mientras el empresario de Tecnoglass, Christian Daes, cumple su promesa de levantarle una estatua a Julio Noveno,  los barranquilleros todos seguiremos recordando y entonando aquel bello verso de Pepe Molina en su famosos Cumbión del Junior...

Barranquilla tiene que estar orgullosa/

de su Junior Bravo /que toca y la toca

que juega bonito/ y a todos derrota...