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Cuentas claras en Uniautónoma

A un año de gestión de la rectora Claudia Dacunha, la Universidad Autónoma del Caribe ha podido sortear con éxito el sinnúmero de dificultades heredadas de la anterior y nefasta administración de Ramsés Vargas donde, literalmente, la universidad quedó saqueada.

Los más optimistas hablaban de llegar a cinco mil matriculados sin saber a ciencia cierta cómo podría operar, con esos ingresos, una institución que alberga a más de mil doscientos empleados. La desconfianza era un lugar común, y no era para menos. Las experiencias con Ministerio de Educación anterior no habían sido las mejores, y aún se recordaba la frase de la pasada  ministra afirmando a finales de 2017 “que todo iba bien”. Dos meses más tarde, se desató la debacle: el paro gestado en el Programa de Comunicación y adherido por Psicología, Dirección de Radio y Televisión e Ingeniería, fue el detonante para que todos los estamentos de la Universidad cesaran labores, lo que hábilmente fue capitalizado por el Sindicato que pasó de tener 39 miembros, a casi 600.

Pero ya lo pasado, era pasado. Ahora tocaba enfrentar el presente y vislumbrar el futuro. Las deudas laborales eran inmensas y la nueva rectora, le puso el pecho. “La prioridad será la restricción de gastos innecesarios y la destinación del 90 por ciento de los ingresos a pagos de salario”. No fue una simple promesa de campaña. En seis meses no solo se habían reducido las onerosas vicerrectorías,  sino que no se adeudaban salarios ordinarios: se estaba pagando al día. La esperanza, volvía a florecer en una institución que hace parte de la memoria colectiva del Caribe y es un patrimonio educativo en la Región.

Hace dos semanas Claudia Dacunha citó a la comunidad Uniautónoma para rendición de cuentas. Y fueron claras: la universidad, contra los peores pronósticos, empezó a salir a flote y hoy se respira un ambiente académico de excelencia en medio de las dificultades propias de un recorte presupuestal obligado.

Una muestra del buen rumbo, han sido las visitas de pares académicos en los últimos meses: todos han reconocido el trabajo que se ha hecho para potenciar la academia y que hoy la hacen merecedora de tener un 44% de programas acreditados en alta calidad y varios más, en vías de serlo. La deserción, uno de los peligros que la acechaba, alcanzó su menor cifra el semestre pasado, permitiendo hoy tener a casi 8500 estudiantes en las aulas.

Las tareas pendientes se han hecho con un juicio admirable: para el plan de mejoramiento que se hizo con base a los hallazgos del Ministerio donde se presentaron las irregularidades que casi acaban con la institución, la universidad tenía que hacer los correctivos a dos años. Solo en diez meses, ya el 82 por ciento de ese plan, está plenamente ejecutado con eficacia. Hay que destacar que ni siquiera existía un estado financiero con soportes y en lo jurídico había un caos enorme. Para constatar su actual situación, la rectora contrató con la reconocida firma Deloitte una necesaria auditoría externa que permitió conocer a fondo la verdadera situación para poder realizar los correctivos necesarios.

Las acreencias laborales, hace un año, era de más de 33 mil millones de pesos, entre salarios y prestaciones sociales. Y lo peor, en caja no había ni para comprar una resma de papel. Con la recuperación de dineros que estaban atollados en los juzgados y la matrícula de estudiantes que siguieron apostando por la Uniautónoma y el apoyo decidido de su cuerpo docente y administrativo, fue posible  la resurrección del alma mater, de la mano de una gestión, en cabeza de su rectora, transparente y eficaz.

Entre los dineros de los juzgados y lo recaudado en matriculas en el último año, ingresaron a las arcas de la universidad 80 mil millones de pesos de los cuales, en pago de personal, se invirtieron 67 mil millones y casi nueve mil, fue su costo operacional.

Como respuesta a una administración que ha sacado de la peor crisis de su historia a la Uniautónoma, el Ministerio de Educación acaba de prorrogar, por un año más, el contrato a Claudia Dacunha para que siga al frente de la entidad educativa. Un justo reconocimiento a quien, en medio de un mar de dificultades; en medio de luchas intestinas; en medio de evidentes conflictos de intereses de algunos que aún sueñan con ostentar el poder, fue capaz de encontrar la  “fórmula” para que la universidad volviera a ser viable: casi novecientos estudiantes nuevos ingresaron este semestre.

Hoy, están reactivados los Semilleros de Investigación; se sacó adelante el Programa Innova UAC, se ostentan once patentes registradas; se reactivaron los convenios con Colciencias y se trabaja en la consecución de otros, mientras que se dan los primeros pasos para ofertar dos doctorados en líneas que la región necesita.

Su planta física, diezmada por el saqueo, está siendo sometida a refacciones necesarias y ahora se cuenta casi en su totalidad, con la recuperación de los aires acondicionados, que durante más de un año estuvieron fuera de servicio por falta de mantenimiento.

La noticia del Ministerio reafirmando en su cargo a Claudia Dacunha renueva las esperanzas. Es una tarea que aún no se concluye, pero a la que ella se entrega con ánimo y decisión para seguir posicionando a la Autónoma del Caribe al sitio que siempre se ha merecido. Lograrlo, es un desafío que solo podrá ser posible, con la voluntad y el esfuerzo de todos.