Trump y Pence.
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EFE

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Todos los hombres del gabinete de Trump son generales o empresarios

Veteranos de guerra y ejecutivos de Wall Street toman el protagonismo del Gobierno que viene.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se ha rodeado de generales y empresarios para formar un gabinete que ya ha despertado polémicas en el país, que tiene una tradición de gobiernos de corte mayoritariamente civil.

Con el anuncio de que el general retirado John Kelly será nominado a la Secretaría de Seguridad Nacional, ya son tres los generales que pueden formar parte del gabinete de Trump, un magnate de los casinos que solicitó varias prórrogas para no alistarse en el Ejército.

El magnate ya eligió al general retirado Michael Flynn para el puesto de asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y al general de Infantería de Marina James Mattis para tomar las riendas del Departamento de Defensa, algo que contradice la tradición estadounidense de poner a un civil al frente del Pentágono.

Además, Trump propuso para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a Mike Pompeo, congresista pero también un veterano de la primera Guerra del Golfo y el primero de su clase en la academia militar de West Point.

En tanto, en la lista de candidatos para la Secretaría de Estado suenan nombres como los del general retirado David Petraeus, implicado en un escándalo de faldas que afectó secretos nacionales, y el almirante Jim Stavridis, exjefe de las fuerzas en Europa y Latinoamérica.

Este plantel de mayoría militar llega después de que Trump, durante la campaña, denunciara que "los generales han sido reducidos a la ruina, a un punto en que son la vergüenza del país".

El millonario nunca ha servido en un puesto militar, con excepción de su paso por la Academia Militar de Nueva York, a donde fue enviado por su familia para aprender disciplina.

Pero Trump, que ha dicho tener "mucha fe en ciertos comandantes", decidió rodearse de militares para dirigir al país y no ha dudado en comparar a sus candidatos, que con excepción de Flynn deben ser confirmados por el Senado, con históricos oficiales como George Patton o Douglas MacArthur.

La decisión de nombrar a militares retirados hace pocos años en puestos de responsabilidad civil es especialmente complicado en Defensa, departamento para el cual existe una ley que prohíbe que se elija un jefe que haya abandonado el régimen castrense hace menos de siete años.

Para que Mattis, que en 2013 dejó la carrera militar tras pasar por el Comando Central, sea confirmado como jefe del Pentágono, el Congreso deberá aprobar una excepción a la ley, algo que no ocurre desde 1950.

El congresista Adam Smith, uno de los demócratas de más alto rango en el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, aseguró esta semana que se opone a una excepción.

"El control civil de las Fuerzas Armadas no es algo que se pueda dejar de lado así de fácil", explicó Smith.

La congresista demócrata Tulsi Gabbard, que se ha reunido con Trump durante sus deliberaciones para formar Gobierno, opinó que "es bastante ofensivo discriminar a generales, que son personas que han puesto su vida en peligro por su país".

Debido la tradición de Gobiernos de corte mayoritariamente civil, congresistas y analistas han expresado su preocupación no solo por los perfiles de "halcón" de estos veteranos de guerra, sino porque están demasiado familiarizados con el Pentágono, un departamento gigantesco, que es el que mayor dotación presupuestaria recibe del Gobierno.

Además, Trump ha cedido media docena de sillas de su equipo de Gobierno a ejecutivos de Wall Street o directivos de multinacionales, lo que indica que el mandatario electo parece inclinado por perfiles de ejecutores, más que incidir en las formas, como hubiese requerido su tan repetido mensaje de unidad nacional.

Según una encuesta publicada este jueves por el Centro Pew de Investigaciones, el gabinete de Trump solo obtiene el 40 % de opiniones positivas, el nivel más bajo desde la Presidencia de George Bush (padre), cuando se comenzaron a recabar datos similares.

Y pese a que las opiniones que dan un voto de confianza a la Administración del magnate republicano han aumentado desde las elecciones de noviembre hasta un 35 %, que cree que su gestión será positiva para el país, un porcentaje mayor de los estadounidenses (38 %) considera que la Presidencia de Trump será "terrible".

EFE

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