Subdirectora de relaciones con EE.UU., Johana Tablada.
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Cuba "no tiene miedo" pese a las primeras demandas de la ley Helms-Burton

Expertos plantean que es una amenaza al turismo y las inversiones.

Cuba "no tiene miedo" a los efectos de la ley Helms-Burton, aseguró este viernes la subdirectora de relaciones con EE.UU., Johana Tablada, tras conocerse las primeras demandas en juzgados estadounidenses contra empresas que operan en propiedades nacionalizadas hace seis décadas en la isla.

"No tenemos miedo de nada. Las decisiones de mantenerse o no en Cuba son decisiones soberanas de las empresas que están aquí", aseguró Tablada en una entrevista con Efe, al término de un coloquio de juristas cubanos para analizar el alcance de la activación de los títulos III y IV de la ley Helms-Burton en el país norteamericano.

Después de tres meses de amenazas, el Gobierno de Donald Trump levantó el jueves la suspensión de ambos títulos, una decisión que podría generar demandas contra empresas de todo el mundo, entre ellas el grupo Meliá en España y la minera canadiense Sherritt, y poner en jaque al turismo, una de las principales fuentes de ingresos de Cuba.

La aplicación del Título III permite a los estadounidenses, incluidos los cubanos nacionalizados, demandar en cortes de EE.UU. a las compañías que supuestamente se benefician de propiedades en Cuba que eran suyas o de su familia antes de que la Revolución liderada por Fidel Castro llegara al poder en 1959.

El Título IV restringe la entrada a territorio del país norteamericano a quienes hayan confiscado propiedades de estadounidenses en Cuba o comerciado con dichos bienes.

El mismo jueves los herederos de antiguos propietarios de muelles en La Habana y Santiago de Cuba interpusieron sendas demandas contra la empresa estadounidense Carnival, que opera cruceros turísticos en ambos puertos, y se teme que pronto pudieran surgir reclamaciones similares contra aerolíneas de EE.UU. que vuelan a la isla.

Aunque esto plantea una amenaza al turismo y las inversiones, la subdirectora cubana de relaciones con el país norteamericano se muestra optimista y confía en que no ocurra lo peor.

"Habrá que ver cómo se comportan los tribunales, porque es muy posible que muchos de esos procesos simple y llanamente no den a lugar", aseguró, tras remarcar la posición de su Gobierno de que la ley Helms-Burton es "totalmente nula e inaplicable", entre otros motivos por su aplicación extraterritorial.

De hecho, la activación de los títulos III y IV abre la puerta a demandas contra compañías canadienses, japonesas, chinas, rusas y españolas -como Meliá e Iberostar- que operan generalmente en régimen de empresa mixta con corporaciones estatales cubanas.

Debido a esto, la Unión Europea (UE) se ha opuesto frontalmente a la medida de Trump al considerar que contraviene el derecho internacional y ha prometido contraatacar en caso de que afecte a empresas de los países del bloque.

En concreto, Bruselas ha prometido recurrir a su "estatuto de bloqueo", que prohíbe la aplicación de las sentencias de tribunales estadounidenses relacionadas con el Título III en territorio comunitario y permite a los demandados recibir indemnizaciones por daños a través de procedimientos judiciales contra sus demandantes en las cortes europeas.

En el caso de España, cuyas empresas dominan gran parte del mercado hotelero cubano, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ya ha anticipado que es necesario que la UE acuda de nuevo a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Fue una primera demanda ante la OMC presentada por la UE en 1996 la que forzó a EE.UU., entonces con Bill Clinton en la Casa Blanca, a suspender indefinidamente la aplicación de los Títulos III y IV, medida que fue respetada por todos los antecesores de Trump.

EFE

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