Esta foto de José Fernando López fue tomada, paradójicamente, en el mismo camino en que la menor fue atacada.
Foto
Archivo particular

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‘Órele al señor y quédese por allá’, le dijo la mamá al presunto asesino de Valery

Hilda Viloria, mamá de José Fernando López Viloria, asegura que a su hijo lo señalan por un crimen que no ha cometido.

El corazón de madre de Hilda Viloria le impide siquiera pensar que su hijo, José Fernando López Viloria, tenga la más mínima relación con el crimen ocurrido el 17 de octubre pasado, en el que la adolescente Valery Peña sufrió un brutal ataque, del que no sobreviviría días después.

Hilda dice que, aquel día, no sabe qué fue de su hijo porque ella se encontraba trabajando, pero que se enteró como cualquier habitante de el Banco, de los rumores del ataque del que fue víctima la niña.

"Por la noche fue que se escucharon los rumores, no sabía nada de lo que estaba pasando. Yo en el momento no sabía de la situación (sobre el ataque a Valery). Entonces nosotros nos unimos al dolor y todas esas cosas, porque uno no sabe"

Ajena al hecho de que la propia Valery identificó a su hijo como uno de los dos hombres responsables de haberla violado y apuñalado en nueve ocasiones con unas tijeras, Hilda Viloria dijo a Zona Cero que a la semana siguiente de ese sábado, su hijo viajó fuera de El Banco en busca de trabajo. 


"Mi hijo sí viajó, yo tengo que decir la verdad, pero no el mismo día (en que Valery fue atacada). Él viajó un lunes o un martes, porque estaba desesperado sin trabajo. Yo misma le di los pasajes, yo tengo testigos que me prestó la plata para llevarle los pasajes", relató. 

Precisamente ese lunes en que Fernando viajó en busca -según su mamá- de una oportunidad laboral, la Policía lo había identificado plenamente y la Fiscalía General de la Nación había expedido su respectiva orden de captura. Pero cuando las autoridades llegaron para realizar el procedimiento, ya José Fernando había desaparecido. 

Hilda cuenta que su hijo viajó primero a Santa Marta, desde donde lo conectarían para su traslado hacia Bogotá. 

Según narra la mujer, el mundo se le vino encima cuando comenzó a circular en las redes sociales una foto de José Fernando montado en una moto justo en el lugar donde Valery fue interceptada y accedida, con mensajes que lo señalaban como el autor material del hecho. 

"Yo le dije a mi hijo, que estaba en la ciudad (Santa Marta), para que te vengas y aclares un problema que hay acá, que te vengas que tú eres inocente. Me dijo: sí mami, yo soy inocente, yo voy para allá. Le dije, bueno listo"

Hilda asegura que la publicación de esa foto en las redes sociales provocó una andanada de amenazas en contra de su hijo. "Yo abrí la boca y dije que mi hijo iba a venir (de regreso a El Banco) y alguien me dijo no busques que venga, porque él está amenazado y, según la foto, la gente dice que lo van a linchar". 

Fue ahí que José Fernando siguió su camino hacia Bogotá. Esta vez, presionado -según su mamá- por las amenazas de muerte

"Como usted me debe entender, como madre, le dije: mijo órale al señor, aclámale a Dios, quédese por allá mientras que yo aclare esto acá a ver qué es lo que está pasando", fue la frase con la que Hilda, con su dolor de madre, no tuvo más que respaldar que su hijo se refugiara en la clandestinidad. 

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"Cuando yo estaba esperanzada en que la niña hablara fue que se escuchó que la niña murió. Ahí fue cuando todo pasó por la radio, por las emisoras y por la televisión, que mi hijo era el asesino", dice su madre, en algunos momentos angustiada. 

Hilda afirma cuantas veces le pregunten que ella no tiene contacto con su hijo. Y repite a las preguntas lo que ya le ha dicho a los investigadores de la Sijín: "¿Por qué esperaron cuando la niña muriera para buscar un culpable? Una foto en la que mi hijo aparece en el mismo lugar donde atacaron a la niña no significa que mi hijo sea culpable". 

Mañana se cumple una semana del masivo entierro de Valery en el que -ya una de tantas veces- la comunidad de un escondido corregimiento del sur del Magdalena ha alzado su voz clamando por que se honre la valentía de una adolescente, que tuvo la fuerza suficiente para haber señalado, con sus propios labios, a uno de los responsables de haberle causado las heridas que, días después, la llevaron a la muerte.