El apoyo psicosocial ayuda a las víctimas a que puedan hablar libremente de lo que les sucedió.
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Salud mental, eterno trauma del conflicto que Colombia no puede ignorar: CICR

El 80 por ciento de las víctimas del conflicto armado no sufren de estrés postraumático; lidian con el dolor.

En el Día Internacional de la Salud Mental, el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, fija su atención en recordar la atención inicial a las víctimas que llevan las cicatrices de la violencia en la cabeza y dispuso de una serie de recomendaciones para que todos los colombianos apoyen  a alguien que necesite ayuda psicosocial. 

En un especial sobre el tema describen el caso de Julia*, una mujer que sufrió con la desaparición de su hermano hace 31 años en San José del Guaviare. ”Uno no sabe si es mejor vivir o morir. Uno se desespera tanto que hasta los ánimos se pierden. Me sentía oprimida. Hasta me daba igual salir a la calle en chancletas, no me arreglaba para salir”, dijo la mujer en el reportaje que publica hoy el CICR.

La mujer relata que, cuando desconocidos en la calle la miraban, temía que le fueran a hacer daño. "No tenía tranquilidad ni para comer. Pensaba: '¿Será que también vienen por mí? Hoy fue mi hermano, mañana seré yo'. No le deseo a nadie vivir con ese temor”, dijo

Otro caso es el de Ana, quien vive en Buenaventura y comparte una experiencia similar. “Su hijo murió mientras pescaba en un municipio cercano de la costa pacífica y, por error, el cuerpo fue entregado a otra familia y sin que la situación mejorara, su nuera falleció de cáncer”, escribe el CICR.

En lo corrido del 2016, el CICR ha atendido a 699 personas con apoyo psicosocial y de salud mental,  de la mano de la Cruz Roja Colombiana.

Recomendaciones

“Cualquier persona puede brindar, por medio de tres etapas, un apoyo psicosocial básico que hace las veces de 'primeros auxilios' psicológicos”, informó el Comité de la Cruz Roja Internacional.

Si usted decide asumir este papel y se encuentra frente a una víctima del conflicto armado, tenga en cuenta que uno de los momentos más difíciles es afrontar un trauma como la pérdida o desaparición de un ser querido o haber sufrido una agresión sexual, entre otras.

1. Ayude a que la persona afectada se desahogue y narre su experiencia. No la interrumpa.

2. Dígale a la persona que tiene que pensar en el presente y en las tareas que se debe realizar después del trauma, por ejemplo, organizar un funeral, visitar a un familiar, etc.

3. Haga seguimiento y verifique que el estado psicológico de la víctima se haya estabilizado. Esto evita la dependencia emocional en la persona que da apoyo.

Carolina Morales Soto, responsable de los programas de salud mental y apoyo psicosocial del CICR, explica que "a pesar de lo estresante que pueda resultar la prestación de un apoyo de esta clase, quien acuda a realizarla (ya sea funcionario público, familiar o líder comunitario, entre otros), debe evitar decirle a la víctima que no llore o que su situación va a mejorar, pues en muchos casos no será así".

Vivir con el sufrimiento 

Según un estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en 2014, el 80 por ciento de las víctimas del conflicto armado no sufren de estrés postraumático y sí logran lidiar con el dolor. No olvidan, pero pueden vivir con su sufrimiento.

Sin embargo, existe un 20 por ciento que tiene un trauma profundo en su vida. "Sufren de un modo que la situación cambia por completo la manera en la que viven a diario", dice Morales Soto. Por eso, según ella, es importante diferenciar la ruta de atención y que las entidades encargadas de atender a víctimas reconozcan en esa primera etapa a qué grupo se están enfrentando.

Las ciudades con mayor número de casos atendidos por casos relacionados con salud mental fueron Buenaventura, con 44 y Pasto con 39.

 

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