Pascual Gaviria colabora con La Luciérnaga y mantiene una columna en El Espectador.
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Periodista Pascual Gaviria denuncia haber recibido amenazas de muerte

"No soy bueno para los duelos ni soy ejemplo de valentía, pero soy malo para el silencio por obligación", dijo en su columna de opinión.

El periodista Pascual Gaviria, que colabora con el programa radial La Luciérnaga y tiene una columna de opinión en El Espectador, denunció hoy haber recibido amenazas de muerte que relaciona con sus comentarios sobre el ambiente electoral ante los comicios locales y regionales del próximo 25 de octubre.

Gaviria explicó en una columna titulada "Una amenaza" que un desconocido llamó a la recepción de la emisora Caracol Radio en Medellín el primer día de sus vacaciones, y que al no encontrarle advirtió a sus compañeros de que no regresara si quería seguir vivo.

"La llamada vino de un teléfono público cerca de Caracol en Medellín. Una seña más para la intimidación: 'Desde aquí lo estamos mirando", cuenta el periodista y abogado.

A juicio de Gaviria, la amenaza, "que ya investiga la Fiscalía" tiene relación con sus intervenciones sobre "algunos temas sensibles en el ambiente electoral" de la ciudad.

Por ejemplo, haber descrito la Universidad de Medellín "como un fortín político que presiona a sus estudiantes, profesores y trabajadores a sumarse a las causas de quienes se sienten sus dueños desde hace cerca de dos décadas".

También destaca en su columna sus comentarios sobre "la presencia de la política como microempresa de intereses privados, en algunos casos muy cercana a estructuras ilegales, que desde Bello e Itagüí amplia cada vez más su importancia en Medellín y Antioquia".

Y un recuerdo de "las conocidas pifias de Luis Pérez como alcalde de Medellín, amén de sus mentiras y su oportunismo como candidato oscuro y perenne".

"No los puedo señalar como culpables de un hecho que ya investiga la Fiscalía, pero no puedo dejar de mencionar mis intuiciones de recién amenazado. No soy bueno para los duelos ni soy ejemplo de valentía, pero soy malo para el silencio por obligación", concluye el periodista.

EFE

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