Los modelos de viviendas diseñados por las estudiantes.
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Estudiantes diseñan propuesta de vivienda para víctimas del conflicto armado en el país

Está a cargo de estudiantes de Arquitectura de la Universidad Autónoma del Caribe.

Estudiantes del programa de Arquitectura de la Universidad Autónoma del Caribe, integrantes del semillero de investigación Arquitectura Bioclimática, diseñaron una propuesta vanguardista de vivienda para las poblaciones víctimas del conflicto armado en el país. Esta propuesta se adapta a través del diseño modular y sostenible a diferentes condiciones psicológicas de los residentes causadas por la violencia.

Según Andrea García, una de las diseñadores del proyecto, la idea nace a partir de un estudio acerca de las deficiencias que tienen los modelos de vivienda de interés social y popular que se dan en el país.

“Se hizo un reconocimiento de las deficiencias actuales que tienen dichas viviendas, como el desarraigo y la apropiación de sus habitantes en ellas. Concluimos que los diseños actuales muchas veces no tienen en cuenta las características y necesidades de las personas”, agregó.

La propuesta de vivienda que desarrollaron las arquitectas Andrea García y Yidis Arroyo, se crea bajo los criterios del diseño modular y de la construcción bioclimática sostenible. Se trata de una vivienda modular tanto en el sentido de la construcción como del diseño, logrando un sistema constructivo que fue presentado por el arquitecto colombiano Óscar Méndez sobre material plástico reciclado.

“Tuvimos en cuenta cómo se funde este plástico reciclado. Diseñamos a partir de él bloques para la construcción de una vivienda que sea de bajo costo, con una mayor vida útil y amigable con el medio ambiente”, explicó Arroyo.

Andrea García y Yidis Arroyo, diseñadoras del proyecto.

De esta manera, el diseño se adapta a múltiples condiciones geográficas gracias a los diferentes módulos de cocina, de sala y de habitación que varían en el orden de diseño dependiendo de las regiones del país donde se construya, de acuerdo a los criterios del diseño bioclimático. Una propuesta que responde al clima, a diversos sitios del país y las culturas, la cual cuenta con áreas que dan la posibilidad a las personas de expandirse e ir creciendo a nivel personal y en sus actividades diarias.

“Implicó un reto bastante grande porque no solamente se vive en el país un tipo de violencia específico, sino que hay múltiples maneras como las personas han sido afectadas psicológica y socialmente. Por ello la propuesta responde a todas esas necesidades y problemas que ha sufrido el pueblo colombiano”, enfatizó Arroyo.

Inicialmente, el proceso de investigación motivó a las estudiantes a tomar una lista de todas las ciudades del país que han sufrido el conflicto armado, para luego filtrar sólo tres ciudades diferentes para probar este tipo de vivienda que tuvieran cultura, clima y topografía diferente. Un estudio que generó que el proyecto fuera modular y adaptado a todas las condiciones del entorno.

“Es un logro de versatilidad que permite armar y desarmar, quitar y agregar columnas, es decir, no es una casa que se mantiene en el tiempo de cierta forma construida. Cambia en la medida en que varían las necesidades de las personas”, puntualizó García.

La propuesta fue presentada como proyecto de grado y actualmente se están revisando diferentes convocatorias públicas y privadas para que la iniciativa pueda implementarse y empezar a generar una transformación en el tejido social de las víctimas en estos tiempos de paz por los que atraviesa el país.

A cada problema que una familia tiene el proyecto da una solución arquitectónica y urbana; lo que promueve no sólo el progreso del municipio, sino también al progreso emocional de la población víctima, brindando la oportunidad de comenzar de nuevo en un ambiente que encaje dentro de las costumbres habitacionales de la población desplazada y local con apropiación arquitectónica del lugar.

 

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