Jonathan Sarabia y Cristian Sánchez llegando a Bogotá.
Jonathan Sarabia y Cristian Sánchez llegando a Bogotá.
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Estudiantes de Uniautónoma y San Martín llegaron a Bogotá tras 31 días de caminata

Protestarán este martes en la Plaza de Bolívar por la corrupción en la educación superior y las crisis en las dos instituciones.

Una completa travesía del país. Eso fue lo que vivieron dos estudiantes de la Universidad Autónoma del Caribe y la Universidad San Martín, quienes recorrieron a pie con dos pasacalles y un megáfono miles de kilómetros con un solo objetivo: ser escuchados para acabar con la corrupción en la educación superior.

Fueron 31 días de angustia, cansancio, inseguridad, enfermedades y resistencia… mucha resistencia para Jonathan Sarabia y Cristian Sánchez, quienes partieron a pie en señal de protesta por los momentos que viven las dos instituciones.

Partieron desde Barranquilla el pasado 16 de febrero de este año con dos premisas: llegar a Bogotá y ser escuchados por el Congreso de la República para que intervenga en las crisis de la UniAutónoma y la San Martín.

Parecía que no podían, pero lo lograron. Los dos jóvenes llegaron este lunes en la mañana a Bogotá, en medio de un frío que los venía carcomiendo, pero con la alegría de encontrarse con los estudiantes que los despidieron en la capital del Atlántico y que realizaron el viaje en bus desde el pasado viernes 16 de marzo.

Aventura para salvar la educación

Jonathan Sarabia, estudiante de quinto semestre de Ingeniería Mecánica, en la Universidad Autónoma del Caribe, habló con Zona Cero y contó detalles de la travesía que vivió al lado de su fiel compañero hasta llegar a la capital del país.

Aún no cree que hayan podido completar ese viaje después de 31 días. Recordó al escena en que varios compañeros de la universidad salieron con ellos hasta el Puente Pumarejo, lugar donde los despidieron e iniciaron su camino.

Estudiantes de la Uniautónoma que viajaron en bus los recibieron con alegría en Bogotá.

“Nunca se nos pasó por la cabeza rendirnos. Fuimos muy valientes. Queremos que quede en la historia esta marcha símbolica desde Barranquilla hasta Bogotá. Ese es el mensaje que queremos dejar a los jóvenes. Es el momento de que despertemos y defendamos la educación en Colombia. No podemos permitir que se acaben las universidades como la San Martín y la Autónoma”, afirmó Sarabia.

Agregó que pasaron por Magdalena, Cesar, Norte de Santander, Santander, Boyacá hasta llegar a Bogotá. Fueron miles de kilómetros con muchas complicaciones, pero sin desfallecer.

“Uno de los momentos más difíciles fue un día que nos quedamos sin recursos y tocó acudir a la comunidad. Muy amablemente nos ofrecían comida. Eso fue en Aratoca, Santander. Salimos al día siguiente sin ningún recurso”, relató el joven.

Saliendo del municipio de Aratoca una señora les brindó arepa con gaseosa.

Agregó que una señora les ofreció arepas con gaseosa y después otra les brindó pan con tinto, alimentos que fueron la gloria para ellos porque recuperaron energías.

“A los días nos enviaron recursos desde Barranquilla. Los compañeros hacían recolectas y ahí nos enviaron cosas”, añadió.

Se enfrentaron a muchas situaciones, que al día de hoy quedan como anécdotas de resistencia. Él, por su parte, solamente viajó con dos suéteres y una pantaloneta. “En Bosconia, Cesar,  me mandaron un par de tenis porque se me habían dañado con los que salí de Barranquilla”, contó entre risas.

Otra señora a la salida de Aratoca les brindó tinto con pan.

Confesó que la ayuda de sus compañeros fue fundamental. Emprendieron su viaje con 120 mil pesos, varias latas de atún, chocolates y panela. Esas provisiones les dieron fuerza para subir las montañas de Norte de Santander, lugares como Aratoca y Chicamocha fueron complicados para ellos.

Parada de apoyo

Confesó que la llegada a Bucaramanga fue de las más importantes. Pese a que llegó con escalofríos en su caso y plagados de vejigas en los pies para ambos, tuvieron un encuentro con los estudiantes de la Universidad Industrial de Santander.

Los también universitarios les dieron apoyo al igual que los habitantes de cada pueblo por donde pasaban con su pasacalle y megáfono.

En esta imagen se acercaban al corregimiento de Vado Real, en Santander.

“Cuando veníamos en camino, la Universidad Antonio Nariño de Bucaramanga no contaba con los implementos en Odontología. Los apoyamos y publicamos un video, etiquetando a la Ministra y después vinieron de Bogotá a resolver ese problema”, contó.

Tuvieron un paso por la iglesia del municipio de Arcabuco, en Boyacá.

Sobre los hospedajes, indicó que mientras iban en el camino, calculaban en que sitio se podían quedar tratando de evitar los caseríos.

“Contamos con suerte que tuvimos donde quedarnos. En hostales que encontrábamos de 20 mil pesos o 25 para dos personas la noche”, expresó.

Aprovechaban el agua del río para tomar en Arcabuco, Boyacá.

En Bucaramanga, recibieron una encomienda esencial desde Barranquilla. Llegaron dos buzos y sudaderas para enfrentar el frío de Boyacá, el cual recuerdan de mala forma. “Sufrimos bastante con ese frío. Las calorías le daban calor a uno”, afirmó.

Llegada a Bogotá

Los últimos kilómetros para llegar a Bogotá fueron los más duros para los estudiantes.

Sarabia y Sánchez entraron por la autopista norte de Bogotá a las 10 de la mañana de este lunes. Sin pensarlo, se dirigieron a la Universidad Nacional, donde eran esperados para un encuentro nacional estudiantil.

“Cuando llegamos a Bogotá sentimos una emoción muy grande. Pensábamos que no íbamos a llegar. Cuando veíamos esos letreros de 600 o 700 km. Estar hoy acá es una alegría muy grande. Los compañeros que nos despidieron allá y nos recibieron acá fue una alegría muy grande”, confesó.

Agregó que se quedarán en un hostal y mañana estarán en la Plaza de Bolívar expresando su voz de protesta para que los congresistas intervengan y coloquen en su sitio a la Ministra de Educación, Yaneth Giha.

Fueron recibidos como héroes en la Universidad Nacional en Bogotá.

“Antes del semestre nos dijo que todo estaba normal en una inspección y después nos encontramos con esta crisis. En 31 días de caminata no ha resuelto nada”, aseveró.

Sostuvo que todo esto es culpa del Estado por no vigilar la UniAutónoma. “No sabemos qué va a pasar. Los estudiantes estamos inconformes porque vimos a un Consejo Directivo y una Sala General que fueron alcahuetes del rector y que siguen en la institución”, señaló.

“Toda la comunidad de la Universidad estamos inconformes de que esas personas sigan ahí pese al daño que le hicieron a la institución”, añadió.

Llegaron con su pasacalle a la Universidad Nacional en Bogotá.

Jonathan Sarabia y Cristian Sánchez esperan demostrar con esta manifestación que si se pueden conseguir resultados positivos después del precedente que ellos sentaron.

Confían en que se puede dar, ya que es la hora y la Universidad Autónoma del Caribe todavía no se ha normalizado y de las investigaciones cero resultados concretos y mucha incertidumbre.

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