Aspecto de los indigentes en el caño de la calle sexta.
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@angelamrobledo

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Del Bronx a un caño: la nueva casa de los indigentes en Bogotá

Tras la destrucción de esta ‘mega-olla’, los habitantes de la calle se han desplazado a otros lugares de la capital.

Luego de que los ojos de muchos colombianos estuvieron puestos en la forma cómo las autoridades destruyeron el temido Bronx, en Bogotá, ahora la mirada se voltea para los sectores de la ciudad que están siendo ‘colonizados’ por los indigentes que habitaban en estas calles.

Con las pocas pertenencias que tienen, muchos de estos habitantes han optado por trasladarse a vivir al caño de la calle sexta con carrera 30. Así lo han dejado en evidencia varios bogotanos y medios capitalinos que han hecho públicas las imágenes del nuevo hogar de estas personas.

Representantes a la Cámara por Bogotá también publicaron en sus redes sociales la situación que atraviesan estas personas. Una de las primeras en quejarse fue la representante Ángela Robledo que aseguró que “Esto sucede cuando hay intervención policial sin atención social”.

Una de las imágenes publicadas por el representante a la Cámara Inti Asprilla sobre la problemática.

El domingo 29 de mayo  unos 2.500 soldados y policías retomaron el control de las dos calles en forma de "L" que constituían "El Bronx", en pleno centro de la ciudad, a pocas cuadras de la Presidencia de Colombia y de la sede de la Policía Metropolitana.

Actualmente en la calle sexta están habitando cerca de 250 personas que aseguran que no tienen un lugar donde vivir.

Uno de ellos contó a BLU Radio que "A nosotros nos sacaron del Bronx y el alcalde no ha hecho nada para reubicarnos y la Policía solo nos trata mal y nos saca de todos los sitios donde estamos. La misma ciudadanía hace que la Policía nos saque y que nos golpee (…) Lo único que queremos es que nos dejen tranquilos y no nos maltraten más”. 

En apenas 500 metros cuadrados se impuso durante 16 años el horror entre los indigentes, sometidos a una ley paralela en la que abundaban secuestros, descuartizamientos y toda clase de violencia. Ahora esos indigentes se están asentando en otras partes de Bogotá y los reclamos al alcalde Enrique Peñalosa no paran, especialmente por parte de comerciantes que se han visto obligados a cerrar sus locales por motivos de seguridad.