Dos atajadas que pueden valer un campeonato para Junior fueron las que hizo el uruguayo Santiago Mele cuando el Medellín apuraba desde el arranque del segundo tiempo para conseguir el empate.

En la primera, en un mano a mano con Daniel Londoño, Mele evitó la igualdad del ‘Poderoso’ al rechazar con su pierna izquierda y, en la segunda, voló de manera espectacular para enviar al tiro de esquina un cabezazo de Diego Moreno. Ambas valieron para que la Dimayor lo escogiera como el mejor jugador del partido.

En esas dos acciones, Mele volvió a ser decisivo para Junior, como en aquella pena máxima que le atajó a Marco Pérez, en los minutos finales del partido contra Águilas Doradas, en Barranquilla, o en las atajadas contra este mismo equipo en el juego de vuelta en Rionegro.

En la puerta, Mele se ha convertido en un pilar del Junior, que salva en los momentos en que su equipo más lo necesita. Si Carlos Bacca ha sido influyente con sus goles, Mele lo ha sido con los goles que ha evitado y han llevado al equipo rojiblanco a disputar la final y a estar cerca del título.

“Era importante empezar ganando en casa, es impresionante cuando todos estamos alineados en un mismo interés, me refiero a los jugadores, al grupo, funcionarios, dirigentes y gente somos mucho más que once, y hoy se sintió. Creo que el que haga mejor las cosas en estos próximos tres días va a ser el campeón”, dijo Mele a Win Sports al final del encuentro ante el Medellín.

“Tenemos que hacernos responsables de las equivocaciones que estamos cometiendo, confío en que el equipo va a mejorar en esos pocos días y vamos a buscar todo en Medellín”, agregó.

De los dos goles casi cantados que evitó, el uruguayo reconoció que la más difícil fue la de Londoño, que sacó con el pie. “Me acalambré todo ahí”, manifestó.

A Mele le correspondió el reto enorme de convertirse en el heredero de una leyenda como Sebastián Viera, quien durante 12 años fue el guardián del arco de Junior, conquistando tres títulos de Liga, dos de Copa y dos Superligas.

Todavía falta mucho para equipararlo con Viera, ya que apenas empieza a recorrer su camino con Junior, pero no cabe duda que es un portero confiable y que responde en momentos cruciales, como en el primer partido de la final contra el Medellín.

Otro aspecto favorable que empieza a mostrar Mele es su liderazgo. Se le ha visto antes de los partidos en el vestuario arengando y animando a sus compañeros para que dejen hasta su última gota de sudor dentro del campo.

Así mismo se le vio cuando se le acercó a Emmanuel Olivera para levantarlo después del error que el defensa argentino cometió contra el Tolima.

Mele va a ser vital en la intención de Junior de mantener la diferencia en el partido del miércoles en Medellín. Allí tendrá la oportunidad de dar su primera vuelta olímpica con Junior y de comenzar a escribir su propia historia, como la inició Viera en 2011, en Manizales.