El brasileño Viniicius Junior encara a Amadou Haidara.
El brasileño Viniicius Junior encara a Amadou Haidara.
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EFE

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Real Madrid pasó a cuartos sufriendo hasta el final con el Leipzig

El equipo blanco empató 1-1 con su rival alemán en el Santiago Bernabéu.

El Real Madrid superó unos octavos de final de inferioridad ante el Leipzig, haciendo bueno su triunfo de Alemania con un empate 1-1 tras el gol del alivio de Vinicius y salvado por el travesaño en el último suspiro.

Eligió Ancelotti modificar su sistema en uno de esos días que marcan temporadas y la interpretación de sus jugadores no pudo ser peor. Con la intención de reducir las virtudes del rival, redujo al máximo las suyas. Un Real Madrid anulado en el primer acto. Instalado en la peor de sus versiones desde un dibujo incomprensible. Sólo la falta de acierto en los últimos metros del Leipzig evitó una catástrofe inesperada.

Las nueve paradas de Lunin de Alemania generaron un temor que se impuso a la historia del Real Madrid en la Copa de Europa. Cambió su identidad por protección.

Apenas un remate con el hombro de 'Vini' fue la única acción de peligro de una primera parte en la que la paciencia se fue acabando en el madridismo hasta los silbidos a la media hora de encuentro. Ya había perdonado Openda con Dani Olmo sólo para marcar gritando desesperado.

Buscó la reacción Ancelotti regresando al origen, admitiendo su error en el planteamiento dando entrada a Rodrygo por un perdido Camavinga. La vuelta al dibujo habitual no quitaba el miedo de encima de golpe porque Lunin dejaba una salida a destiempo. Con el corazón en un puño lo corrigió con rapidez ante, como no, Openda.

Con un poco de intensidad mejoró por minutos el equipo de Ancelotti. Entre carreras de Vinicius, la aparición de Bellingham en la zona donde daña a los rivales, devorando espacios con zancada elegante.

Así Rodrygo tapó el disparo del inglés primero, probó a Gulacsi por bajo después y dio paso al golpe al más puro estilo madridista. Castigando la valentía con un contragolpe lanzado por Kroos, dirigido por Bellingham que aguantó todo el tiempo necesario hasta que Vinicius atacó el espacio, para ponerle un balón perfecto a su definición en carrera de primeras.

Lejos de hundirse con el golpe, el Leipzig se lanzó por el partido sintiendo que no tenía nada que perder. La liberación del Bernabéu con el gol no se extendió en su equipo. El Real Madrid regresó a las dudas y tardó apenas tres minutos en encajar el empate. El centro de Raum desde la izquierda, el cabezazo de Orbán ganando la acción a Nacho.

Dio paso a los momentos de mayor inseguridad de toda la temporada para terminar sellando un pase a cuartos repleto de sufrimiento. Con Orbán perdonando libre de marca en el segundo palo, un regalo de Carvajal desperdiciado por Sesko, la firmeza de Lunin ante un disparo centrado de Henrichs y el broche final con el balón picado de Olmo que repelió el travesaño en el añadido. El Real Madrid salió indemne de su peor día en la Champions.

EFE

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