Borislav Mihaylov, presidente de la Unión Búlgara de Fútbol.
Borislav Mihaylov, presidente de la Unión Búlgara de Fútbol.
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Presidente de Federación Búlgara renuncia, incapaz de frenar insultos racistas

El Gobierno de Bulgaria pedía la salida del directivo.

El presidente de la Unión Búlgara de Fútbol, Borislav Mihaylov, anunció que dimitirá este viernes por los insultos racistas que el público búlgaro profirió anoche contra varios jugadores ingleses, durante el partido Bulgaria-Inglaterra, de clasificación para la Eurocopa 2020.

Mihaylov, que había negado en las ultimas horas su intención de dimitir, ha acabado cediendo y presentará su renuncia el próximo viernes ante los miembros de la Comisión Ejecutiva de la federación.

"La decisión es resultado de las tensiones creadas en los últimos días, que provoca daños al fútbol búlgaro y a la Unión", reza un comunicado del organismo rector del fútbol búlgaro.

El Gobierno búlgaro había exigido este martes su dimisión tras el encuentro entre Bulgaria e Inglaterra (0-6), disputado anoche en Sofía, que fue interrumpido dos veces por el árbitro debido a las ofensas racistas de parte del público local.

"Después de los incidentes de ayer, el primer ministro (el conservador Boiko Borisov) ordenó que se cancelasen todas las relaciones entre el Gobierno, incluidas las financieras, hasta la dimisión del presidente de la Unión Búlgara de Fútbol", anunció hoy por la mañana el ministro de Deporte búlgaro, Krasen Kralev.

Los ultras búlgaros realizaron saludos nazis, profirieron insultos racistas y agitaron camisetas con el lema "No Respect".

Mihaylov accedió al cargo en 2005 y bajo su mandato la selección búlgara no logró clasificarse a ninguna fase final de la Eurocopa ni el Mundial.

Uno de los que salió a celebrar la salida fue el futbolista Raheem Sterling, del Manchester City, que fue titular en el partido que Inglaterra ganó por 0-6.

Publicó un mensaje en una red social en el que dijo: "Buen movimiento señor Borisov", en referencia a la petición del primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, de que dimitiese Mihaylov.

Los problemas en el encuentro entre ingleses y búlgaros surgieron en la primera parte, cuando los jugadores de Inglaterra denunciaron que estaban recibiendo insultos y cánticos racistas desde la grada, por lo que el árbitro paró el juego en dos ocasiones.

Durante el descanso, los hombres de Gareth Southgate decidieron continuar el partido, pese a que consideraron retirarse.

La federación inglesa de fútbol ha pedido a la UEFA una investigación sobre el asunto.

Sobre Bulgaria ya pesa una sanción del máximo organismo del fútbol europeo por unos incidentes similares que le costaron el cierre de algunas gradas del estadio Vasil Levski de Sofía.

EFE

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