Cabezazo de Teófilo Gutiérrez para empatar el partido.
Cabezazo de Teófilo Gutiérrez para empatar el partido.
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Cristian Mercado

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Por la falta de puntería, Junior aplazó el sueño: Otra final viene en camino

Tras empatar 1-1 en el tiempo regular y adicional, perdió en los cobros desde el punto penal por 3-4.

Y solamente algo de puntería le faltó a Junior para lograr el sueño más grande que han acariciado en 94 años de historia. La Maldición de los penales que arrastra este equipo lo condujo a la derrota por 3-4 en esta instancia tras igualar 1-1 en el partido y dejar la serie 2-2.

Era como si todos los fuegos artificiales desde la punta norte de Brasil se hubieran venido a las tres cuadras alrededor de la Arena da Baixada. La gigantesca caja que es este escenario era un perfecto estuche de estruendos y gritos por parte de una afición que fue a llenar para empujar al Paranaense. 

El rojo encendido de las bengalas en el exterior del escenario avisaban de una confrontación dura para los próximos minutos. El clima, de una ciudad que generalmente es fría, se calentó en ese instante como un incendio. Era el fuego que imprime una final y bien lo entendían los ‘torcedores’ brasileños. 

Los primeros en buscar la ofensiva fueron los dueños de casa. A los 5 minutos, tras una falta en los tres cuartos de campo de Víctor Cantillo sobre Raphael Veiga, los brasileños levantaron la pelota para encontrar al inquieto Pablo, quien de cabeza la conectó para mandarla por encima. 

Y es que Pablo fue un tremendo dolor de cabeza, el delantero nueve, que juega con el número ‘5’, siempre fue durante todo el torneo la punta de lanza de los de Paraná. La defensa estaba advertida, conceder un centímetro, era brindar un pasaporte al gol a los locales. 

En tanto, Junior apostó a su fórmula de todo el semestre. Esa que lo puso a pelear por dos títulos, con un Teófilo Gutiérrez saliendo del área, Luis Díaz picando como puñal a la espalda del lateral, en este caso Jonathan, y los aportes desde la mitad de Cantillo, Jarlan Barrera y James Sánchez. 

Así pronto los barranquilleros comenzaron a ensamblar su fútbol. A los 13 minutos tuvieron su primera aproximación al área del portero Santos, gracias a una gran combinación de Teófilo a Jarlan, para que el zurdo samario terminase mandando la pelota por encima del travesaño. 

Tres minutos más adelante, a los 16, Junior mostraba mejoras importantes en su juego. Sin embargo, la Arena mantenía de pie a los gladiadores rojinegros con constantes cantos de alientos y silbidos infernales que sacaban de quicio a los jugadores en la grama. 

Sin embargo, con todo esto, entre Jarlan y Díaz se logró armar una jugada para filtrar una pelota al área a Teófilo, quien intentó rematar de primera con la pierna izquierda, fallando la acción y perdonando la vida al arquero Santos. 

Paranaense, que se atrevió a jugar más que en el partido de una semana atrás en Barranquilla, volvió a la carga tras una pelota quieta, para dejar la bola en los pies del lateral Lodi, quien sacó un buen tiro que fue despejado a mano cambiada por un salvador Sebastián Viera. 

Más allá de esto, Junior se tomó confianza y presionó la salida del Paranaense. Fue en una jugada de este estilo que se abriría el marcador, justamente por la vía de Pablo, el atacante que no perdona las oportunidades que le caen en los botines. 

Así, tras un rebote, hizo un pivoteo rápido con Nikao, para salir de la marca de Jefferson  Gómez, para encarar a Viera y definir sin problemas para encender nuevamente las pólvora en las gradas y poner el 1-0, la ventaja que dejaba a los de casa muy cerca del título. 

Los minutos sucesivos fueron para Junior, quien con el control de la pelota llegó por todos lados al área brasileña. Los aficionados, tan exultantes en los minutos iniciales y tras el gol, supieron que estaban en aprietos.

Sin embargo, por más que lo intentó el equipo visitante, por todos lados y de todas las formas, los brasileños lograron salir con la ventaja en el primer tiempo rumbo a las duchas. Julio Comesaña tendría que hablar claro, para evitar que el título se les fuera de las manos.  

Y la cosa casi se le va por el borde del precipicio al equipo, nada más empezar la segunda mitad. Nuevamente el terrible Pablo quedó bien perfilado para encarar a Viera y volvió a rematar para tratar de abrir el marcador y sentenciar el partido, sin embargo esta vez el arquero uruguayo fue mejor y logró manotear a la esquina, en tan solo un minuto. 

Luego del susto, Junior se fue adueñando de la cancha, creció de una manera sensacional. Se fue encima del Atlético, y lo arrinconó contra su arco, era más por donde se le viera y sus figuras ya se conectaban en la cancha. 

Fue así que a los 12 minutos, Jarlan levantó un tiro de esquina que encontró en el área a Jefferson Gómez, para que este la mandara con dirección de arco, rebotara en un defensa y en el camino fue Teófilo quien la empujó. Era el 1-1, deliro barranquillero. 

Sola la rebeldía del goleador de La Chinita podía ser suficiente para encarrilar al equipo. Solo él, el de siempre, el de las finales, pudo hacer despertar a Junior que tacó por todos los flancos e hizo todos los méritos para marcar el segundo antes del fin del segundo tiempo. 

Pese a ello, Paranaense se las arregló para llegar a la prórroga para definir el título en los tiempos extras. Ya en Junior se había hecho el cambio de Yony González por un desgastado James Sánchez. Dos tiempos de 15 minutos se metían en el camino del ‘Tiburón’. 

Tiempos extra

El primer tiempo extra se jugó cargado de nervios, con jugadores en el límite de lo que daban sus piernas. Lo más destacado al ataque fue una chilena de Díaz, que se fue por encima de la portería de Santos. Sin embargo, lo más escandaloso fue una jugada no concedida sobre González, que fue reclamada como tiro penal por todo el equipo. 

En el segundo tiempo extra, Junior debió sacar del campo a Jefferson Gómez por una lesión, para dejar su lugar a Jonathan Ávila. En tanto, el clima de nervios era en extremo insoportable. A estas alturas, el mínimo pestañeo quitaría las opciones de ser campeón. 

A los 4 minutos de ese tiempo, Junior tuvo en sus manos la opción de ser campeón. En ese momento, Teófilo dio una gran asistencia a González, quien entró en el área para ser derribado por el arquero Santos para un claro tiro penal. Era la oportunidad de oro, era la cita con la gloria. 

Frente al balón se paró Jarlan, de inmediato una catarata de chiflidos sobrevino en él. El zurdo pateó y la pelota se fue por encima del arco de Santos, la oportunidad se evaporó con el balón que se iba a las nubes y tras minutos de trámite el título se definiría en los cobros desde el punto penal. 

Cobros desde el punto penal

Ya en la definición en los cobros desde el punto penal, la puntería no acompañó, nuevamente, a los barranquilleros. Luis Narváez, Rafael Pérez y Sebastián Viera anotaron sus tiros, mientras que Gabriel Fuentes y Teófilo Gutiérrez desperdiciaron los suyos. 

De otro lado, el Paranaense solo falló una vez para dejar el marcador en 4-3 a su favor, gracias a las conversiones de Jonathan, Raphael, Bergson y Thiago, solo fallando el lateral Lodi. 

De esta manera el Atlético Paranaense ganó su primer título continental y Junior obtuvo su primer subcampeonato, además deberán buscar en tres días el título de Liga Águila, el cual tienen muy cerca tras la victoria 4-1 en el duelo de ida. 

No hay que agachar la cabeza, los que pierden las finale son las que las juegan y tan solo algo de puntería aplazó el sueño del equipo rojiblanco. No hay que dejar de jugar, pues lo más importante está apenas por llegar. Por ello el viaje jugará en la madrugada de este jueves para llegar a Medellín, en busca de la octava.

 

 
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