Luis Narváez celebrando el gol del empate.
Luis Narváez celebrando el gol del empate.
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Jairo Cassiani

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Junior se estrelló contra Tolima en el inicio de los cuadrangulares: 1-3

Los de Alberto Gamero se llevaron una valiosa victoria del Metropolitano.

Junior sucumbió sin atenuantes la noche de este domingo ante el Deportes Tolima por marcador de 1-3 en el estadio Metropolitano 'Roberto Meléndez', en el inicio de los cuadrangulares semifinales de la Liga Águila, y complicó sus aspiraciones de llegar una tercera final consecutiva a pesar de que queda mucha tela por cortar.  

Y un día los junioristas despertaron. Luego de una fase de todos contra todos tranquila, las gradas del Metropolitano se volvieron a cargar de aficionados que querían emprender la carrera a la estrella de Navidad. Y es que el fin de año abre oficialmente sus puertas con los cuadrangulares, al menos eso siente todo hincha. 

Con dos estrellas en las últimas finales, los rojiblancos salieron con el ánimo por las nubes. El himno se entonó con pasión y la catarata de aplausos desde la grada daba para presagiar un apoyo entusiasmado desde el pitazo inicial. 

Sin embargo, desde el primer minuto se supo que el partido no iba ser nada fácil. Un centro desde la derecha fue conectado por el atacante tolimense Jorge Ramos, para forzar a una providencial estirada de Sebastián Viera, que evitó la caída de su arco nada más haber empezado el compromiso.

Tolima, el mejor visitante del torneo, salió a comerse vivo a Junior. Sin ninguna clase de complejos, apretó al equipo de casa desde su defensa y sacó provecho de las dudas de Willer Ditta, quien jugó un primer tiempo discreto en las primeras de cambio. 

Tanto es así, que una mala salida de Ditta precipitó la anotación tolimense, cuando Anderson Plata arrancó un contragolpe que terminó definiendo por encima de la humanidad de Viera. El uruguayo, que antes había sido héroe, ahora terminó como villano al estar muy adelantado y no hacer un buen retroceso para evacuar la pelota. 1-0 y un golpe a la moral del equipo. 

Hasta esa altura, muchos jugadores estaban en deuda. No solo Ditta era bastante discreto, sino que Sebastián Hernández y Víctor Cantillo no pesaban en la generación del equipo. Los que tuvieron que sacar la cara fueron los rápidos punteros de la escuadra: Edwuin Cetré y Daniel Moreno. 

Así, poco a poco, los de casa se fueron montando y armando acciones de gol con un siempre jerárquico Teófilo Gutiérrez, que aparecía como el faro en el frente de ataque. Finalmente, una combinación salió buena para cambiar el panorama del equipo. 

Teo combinó para Hernández, dentro del área, para que este fuera derribado con un contacto por la espalda para un tiro penal, a los 39 minutos. Frente a la pelo se instaló Luis Narváez, que sin dudarlo, sacó un derechazo arriba y al centro para descontrolar al portero William Cuesta y dejar en tablas el duelo antes del descanso. 

La gente apoyó a fondo y fue clave para la reacción del equipo, justo cuando más perdido estaba. Aplausos cayeron a los jugadores al irse al descanso y Julio Comesaña tenía que encontrar las palabras para indicar a sus futbolistas como anular la estrategia de Alberto Gamero y su vino tinto y oro. 

Sin embargo, de entrada Comesaña debió mover sus hombres desde el primer instante. Un lesionado Gabriel Fuentes no salió del camerino para el segundo tiempo y su puesto fue ocupado por David Murillo. 

Nada más en las primeras de cambio, Junior casi logró el segundo. Hernández pisó el área para encarar al portero y definió con un paragüita sobre el cancerbero, con tan mala suerte que su disparo se fue contra el travesaño, ahogando el grito de gol de los presentes. 

Más adelante, Hernández sirvió un pase a Moreno para que este se fuera solo contra el arquero y al momento de definir, prefirió tocar al costado donde Teófilo no alcanzó a meter la bola, perdiendo una inmejorable opción de ganar. Una acción que le iba a pesar al equipo. 

Ya con el ingreso de Yohandry Orozco para buscar más ataque en los lados de Junior, Gamero también movió sus fichas para darle el remate.  Mandó al campo a Juan Pablo Nieto y a Omar Albornoz para tratar destrabar el resultado. Los cambios le dieron fruto muy pronto. 

En solo dos minutos el Tolima golpeó con contundencia al Junior. Primero, Albornoz sirvió un pase al corazón del área donde Nieto remató a placer, a los 77 minutos. Luego, a los 79, Cantillo perdió una pelota en salida, Ditta no logra hacer ninguna defensa y Alex Castro definió ante la salida de Viera. 3-1. Todo parecía sentenciado. 

De esta manera Alberto Gamero puso en perspectiva las ilusiones de los aficionados. Sin más que decir, Tolima fue mejor que Junior y totalmente contundente cuando debía, dejando en evidencia las individualidades y el juego en colectivo de Junior. 

Ahora los barranquilleros deberán enfocar su mirada en el próximo duelo, de visita ante el Cúcuta Deportivo, tratando de recuperar en la frontera lo que dejó escapar en casa. Todavía hay muchos puntos en el camino, pero es necesario mejorar y sobre todo levantar la cabeza para lograr el objetivo de una nueva final.

 

 

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