Brandon Niño Palma, presente en el Metropolitano.
Brandon Niño Palma, presente en el Metropolitano.
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Jairo Cassiani

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Brandon venció con los ojos del corazón su ceguera para ver la nueva camiseta de Junior

El joven asistió con su primo, quien le describe lo que pasa en el Metropolitano.

Entró silencioso en medio del alboroto de la música y pasó casi como una sombra con los brazos extendidos sobre otro joven. Era imposible pasarlo por alto, su ceguera lo obligaba a apoyarse en otro para no tropezar en las escaleras de la tribuna del estadio Metropolitano.

Casi con timidez, como quien entra a la casa de un vecino, siguió por la tribuna de occidental baja y se sentó sobre el costado que da a la tribuna norte. Inmediatamente comenzó a susurrar a quien lo guió hasta allí, quería los pormenores de quien cantaba en la tarima, cómo estaba el estadio, qué colores tenían las gradas. Quería mirar todo, aun sin poder ver.

Brandon Alexander Niño Palma, de 17 años, habitante del barrio Los Robles de Soledad, era uno más de los miles de hinchas junioristas que entusiasmados por la presentación del equipo se acercaron al Metropolitano.

“Me motivó la nueva plantilla y la fe que tengo de que Junior va ser campeón este año, que va llegar la octava. Soy Juniorista de corazón y no de presión papá”, aseguró a Zona Cero mientras conversaba bastante animado.  

“Tengo una retinopatía, no se me desarrollaron las retinas de los ojos cuando nací. Yo fui prematuro, me metieron en una incubadora y se pasaron de oxígeno conmigo, eso me reventó las retinas. He preguntado si tiene solución, me dicen que con una operación hay posibilidad, pero es muy riesgoso y tal vez ya igual no pueda ver”, explicó con calma.

La pregunta al orden del día era: ¿Cómo hizo para enamorarse de algo que no puede ver. Pregunta con una respuesta demoledoramente sencilla y que responde con la naturalidad de quien explica porque 2 más 2 da 4 en matemáticas.

“Porque es el equipo de mi tierra, Junior a pesar de las cosas que le pasan y los resultados, siempre lo da todo. Gane o pierda, Junior siempre se esfuerza por obtener el triunfo”, justificó.

La noche de este miércoles era la segunda ocasión que Brandon visitaba el estadio Metropolitano. Hace once años, cuando era un niño de 6, su madre lo llevó a conocer el ambiente. Pero las cosas no terminaron tan bien como esperaban.

Brandon con su primo Juan David Niño.

“Una vez vine, me trajeron cuando tenía seis años. Pero es un recuerdo agridulce, vine con mi mamá y tuvimos que salir ‘pitaos’ porque se formó una murga, porque habían apuñalado a un muchacho. Pero fue muy especial, hasta ese momento estaba muy feliz”, recordó.  

En todos estos años siguiendo a Junior, fue precisamente el miércoles que pudo conocer a un jugador. A Yimmi Chará, a quien encontró en un pasillo del estadio, lo cual lo emocionó aunque no se pudo hacer claramente con la idea de como era el volante.

“Yo lo conocí ahorita, por fortuna él iba saliendo y lo alcancé a conocer. La verdad no me lo imaginé muy bien, pero lo que sí sé que tiene el pelo largo. Sentí una gran emoción porque estaba delante de un grande”, dijo.

A su lado Juan David Niño Martínez, su primo y que le sirve de lazarillo, reconoció la enorme labor que significa guiarlo en un día como este donde tanta gente va un escenario tan grande como el estadio.  

“Es una responsabilidad, Sí. Pero es bonito, es algo algo especial. Es algo que se siente bacano. Yo lo que más quiero en la vida es contarle el gol del título y que se emocione. Imagino que ese día estará muy alegre”, aseguró.

Al preguntar por el momento que más recordaba, reclinó su cabeza y suspiró antes de citar un golazo que tiene en su memoria como si lo hubiera visto con sus propios ojos.

“El gol que más recuerdo fue el que se hizo Vladimir Hernández hace como dos años. Fue de chilena al Cali, lo recuerdo porque me lo explicaron como fue. Yo deseo con toda la fuerza de mi corazón ver, aunque sea por un segundo, para poder mirar a los jugadores. A Junior y su camiseta”, sentenció.  

Durante la noche, el Junior y la pasión desbordante del fútbol arrojaron algo de luz sobre la oscuridad que acompaña los días de Brandon. Seguramente, que cuando llegue la octava estrella, su brillo llenará de color no solo los ojos de su corazón, si no de toda una desbordante hinchada.

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